LOS RÍOS DEL EDÉN

Ella.

una dulzura de mujer.

con un nombre tan bello de pronunciar, sabor a miel.

Ese carisma tan hermoso y perfumado en su persona que irradia alegría

apenas pronuncia palabra alguna.

tanto así, que me sonroja.

es tanto lo que apenas describo

que solo dos o tres veces la he visto.

tanta es la tragedia de no poder quedarme con ella,

que me llevo un recuerdo, un beso ardiente en la mejilla,

la caricia de la noche.

una sonrisa que, genuina, furtivamente se pasea.

Me bastó con conocerla.

muy breve saberla.

a nada y mucho, quererla.

y cruzó aquel umbral.

penas, nervios y tristezas,

como la espuma en el mar

Desvanecidas están.

Mencionó los buenos días,

y olvidé el calor y el hambre.

vuelve a mí, alegría.

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déjame retratarte

Déjame acariciarte.

que ya arden mis manos por siquiera rozarte.

Que ese corazón tan gentil,

con besos y cariños, sea febril.

Me gustaría verte vestida con el mar,

con el sol de collar.

las estrellas reflejadas en ti.

Quisiera ser la aurora,

que nace contigo,

en cada mirada.

Aquel cometa orbital al que llamas lunar.

Dejar junto a ti mis huellas en la arena.

Volvernos al agua.

Flotar.

Mas si a esta ilusión me aferro,

al olvido ponme de nuevo.

Pues no dejes palabras mías sobre tu cuerpo.

Me haría mal saberlo.

Que me llevas contigo,

siendo no mas que un sueño.

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y que hermosura saber que existes.

Saber que en este mundo lleno de maldad y repleto de insensibles,

está usted:

con un corazón gigante, la sonrisa que contagia, la ternura en sus palabras.

un abrazo a mucha alma.

Que risueño soy creyendo,

que en mi puedas pensar.

que en la lozana tarde sobre el mar,

mi voz, o mis cariños quieras encontrar.

Mi amor, no busques más.

donde me quieras, yo estoy.

altiva y cautelosa pediste ser.

y Ajena y preciosa para mi vida,

tenías que ser.

Pues de las mil formas de ir al espacio,

tu aventurero cosmonauta, orgullosamente seré.

Tú que sin saber,

en musa y peligroso amor;

la poesía de un extraño, obsequio inmortal,

que en el corazón estarás para siempre

sin marchitar.

No diré adiós.

pues en algún lugar del universo,

espero volverte a encontrar,

para amarte en absoluta totalidad.

No diré adiós.

Conmigo estarás.

y haremos el amor cien veces más.

Pues en mis versos para siempre vivirás.

y donde termine un poema,

otro más nacerá.

- Norbert